El Dios de la Paz está siempre ocupado. Apenas tiene tiempo de mirarse al espejo, se pasa el día tocando su trompeta. La trompeta del Dios de la Paz hace feliz a la gente.
El Dios de la Paz está siempre ocupado. Apenas tiene tiempo de mirarse al espejo, porque esparce un agua misteriosa. Del agua nacen verdes montañas que se pueblan de árboles y de hermosas flores.
El Dios de la Paz está siempre ocupado. Apenas tiene tiempo para mirarse al espejo, en vez de eso le pone nombre a la gente.
- “Tú te llamarás es Otto.”
- “Tú te llamarás Hans.”
- “Tú Tomas.”
- “Y tú serás… ¡Johan!”.
Para darle las gracias al Dios, Johan le regala su sombrero. El Dios de la Paz está muy contento, quiere ver cómo le sienta el sombrero y por primera vez se mira en un espejo.
Pero lo que ve en el espejo es el diablo. Y el diablo del espejo le dice:
- “Tú eres yo... y yo soy tú”.
- “¿Qué voy a hacer ahora? - se pregunta. "Este diablo no dejará en paz a la gente! ¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer ahora?”
El Dios angustiado, ¿sabes lo que hace?...
¿Lo sabéis?
Franz Bonaparta (Monster)
lunes, 21 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)